Está demostrado que, como todo en la vida, el método más efectivo para curar verrugas genitales es la prevención. Vacunarse contra el virus del papiloma humano, alejarse de la promiscuidad, utilizar preservativo en las relaciones sexuales y mantener una correcta higiene genital son básicos para prevenir cualquier enfermedad venérea.

Sin embargo, no estamos del todo familiarizados con la rutina del cuidado de los genitales. Muchos de los jabones, cremas, desodorantes íntimos, tampones o salva-slips que utilizamos con frecuencia no hacen más que alterar la barrera natural de autoprotección de la vagina, irritándola, no permitiendo que la piel respire y que, gracias a la maceración, los gérmenes y microorganismos tengan vía libre para desarrollar infecciones como la cistitis o la vulvovaginitis. Antes de curar verrugas genitales, dedica un tiempo cada día al cuidado de tus genitales.

Pese a lo que muchas mujeres puedan creer, las duchas vaginales, además de ser completamente estériles para evitar un embarazo no deseado, contribuyen a romper el equilibrio natural de la flora bacteriana. Al igual que los productos de higiene íntima perfumados o el rasurado favorecen la propagación de infecciones, e incluso alergias.

Después de ir al baño o del sexo se deben lavar labios, clítoris y vulva de delante hacia atrás con agua y un jabón líquido específico de ph entre 4,2 y 5,6. Utiliza los dedos para abrir los labios y eliminar los residuos de los pliegues realizando movimientos circulares. El secado también es importante y debe realizarse con cuidado con una toalla distinta a la del resto del cuerpo.

La ropa interior ha de ser de algodón y lavada con jabones no abrasivos. Durante la menstruación, cámbiate cada 4 o 6 horas.

Desde la consulta del Doctor Adolfo Álvarez Ramos te recomendamos mantener limpios los juguetes sexuales, utilizar aceite del árbol del té por sus propiedades antimicrobianas y no autoadministrarse óvulos o probióticos sin el previo consejo médico.