A.D. varón de 26 años de edad. Nos consulta debido a lesiones en la piel, que arrastra desde hace un año, con períodos de mejoría y empeoramiento. Le han diagnosticado de psoriasis con muy pobre respuesta a los tratamientos recibidos. En la actualidad acusa descamación gruesa (caspa) en el cuero cabelludo y se aplica en la piel, por consejo médico un producto de composición esteroide.
La psoriasis del griego psora (picor), es una enfermedad frecuente, de origen desconocido, que evoluciona de manera imprevisible y de la cual existen variedades clínicas, útiles para la orientación diagnóstica y terapéutica. No es contagiosa y parece existir una tendencia familiar.
La erupción en forma de placas rojas, con descamación blanca o plateada es característica y se localiza en los codos, rodillas, región sacra y cuero cabelludo. Puede afectar superficies mucho más extensas y otras localizaciones: los genitales, la palmas y plantas, uñas, etc. Sí las lesiones son pequeñas simulando gotas, se denomina guttata, más grandes como monedas, numular y si son mayores las llamamos en placas. No acostumbran a producir picor a pesar del origen de su nombre, pero puede aparecer en intensidad variables, en algunos casos insoportable. Puede acompañarse de artritis (psoriasis artropática) y de pústulas, en especial en manos y pies.
Su causa (etiología) es desconocida. Existen no obstante factores que actúan como el gatillo desencadenante. La escuela dermatológica inglesa del Dr. Calnan, realizó en los años 60 estudios que evidenciaron la relación entre la psoriasis tipo guttata y las infecciones de garganta u otras infecciones a distancia y la presencia frecuente de hongos del tipo Malassezia ovalis en la piel de los enfermos. Concluyeron en la necesidad de investigar focos sépticos en todo paciente con psoriasis. Así mismo el Dr. Levine, dermatólogo inglés ha estudiado el agravamiento de la psoriasis con el tabaquismo en especial en la variedad que afecta manos y pies. Algunos medicamentos pueden también inducir la aparición de la psoriasis: antiinflamatorios no esteroideos, litio, betabloqueantes, etc. Y su aparición tras periodos de estrés es evidente.
El tratamiento depende del tipo o variedad de la afección, localización, gravedad, duración, tratamientos previos y edad del paciente. Algunas veces, el tratamiento será tópico, otras sistémico, y otras una combinación de ambos. Es importante mantener bien hidratada la piel y tener precaución en el uso de esteroides tópicos y/o sistémicos.