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Balanitis- Balanopostitis. Erupción genital en el hombre.
El paciente J. R. de 35 años de edad, casado, acude a la consulta visiblemente preocupado. Desde hace días se ha visto el glande peneano enrojecido, con discretos puntos blanquecinos y un olor no habitual. Un farmacéutico consultado comete la imprudencia de aconsejarle una crema con un componente esteroideo (cortisona) que el paciente utiliza durante unos días comprobando que lejos de mejorar, ha empeorado notoriamente, sumándose un discreto picor en el meato uretral (orificio urinario). En la consulta y dándole garantías de privacidad, el paciente relata que todo empezó tras una relación extraconyugal sin protección.
Este caso, frecuente por lo demás, nos plantea el problema del diagnóstico y su abordaje terapéutico. La inflamación del glande peneano recibe el nombre de Balanitis y la del prepucio Postitis, como ambas situaciones acostumbran ir juntas, el proceso recibe el nombre de balanopostitis. El equivalente en la mujer, la inflamación del glande clitorídeo y de su cubierta recibe el nombre de balanoclamiditis (balanopostitis de la mujer). Habitualmente en lenguaje llano, se conoce como un sarpullido o salpullido en el glande y/o prepucio.
Las balanopostittis no son siempre de origen infeccioso ni contagioso, una irritación por aplicación de una crema inadecuada o intolerancia a la misma, reacciones por ingesta de medicamentos con o sin prescripción médica (exantemas fijos), alergia a los preservativos, etc., pueden ocasionar un deterioro de la zona sin elementos de infección, aunque ésta puede aparecer más tarde como una complicación añadida y finalmente otras enfermedades de la piel: psoriasis, liquen plano, liquen esclerótico y atrófico, etc., que pueden cursar con lesiones genitales y entidades específicas como la balanitis pseudoepiteliomatosa queratósica y micácea de Lortat-Jacob, la balanitis de Zoom, que no son infecciosas pero pueden infectarse, agravando la situación. Las causas infecciosas son debidas a bacterias, hongos, parásitos, virus y/o a una combinación de éstos.
Son raros los casos en los que la infección es debida a un solo microorganismo, estando por lo general asociados, es decir, el hombre puede tener hongos y bacterias o bacterias y parásitos por los que el médico debe atender esta posibilidad y no fiarse de una monoterapia a priori.
Otro elemento a resaltar es la frecuencia con que las balanitis preceden o acompañan a una uretritis (inflamación del conducto urinario) la misma por lo general ya está presente y no suele acompañarse de síntomas o estos aparecen más tarde, semanas o meses después, pudiendo si el paciente no recibe un tratamiento a tiempo, ocasionar complicaciones futuras como prostatitis, orquitis,epididimitis, uretritis crónica, impotencia, esterilidad. Inclusive hemos comprobado que mucha balanitis rebeldes al tratamiento no pueden curarse si no se investiga y se trata la uretritis o prostatitis crónica acompañante. El médico también debe investigar diversas condiciones que pueden favorecer la aparición de las balanitis, por ejemplo una diabetes declarada u oculta(diabétides)
El paciente debe ser examinado prolijamente en la búsqueda de otras afecciones: examen con lupa para descartar la presencia de parásitos y/o liendres en el vello púbico, lesiones por VPH (verrugas) o moluscum contagiosum, palpación inguinal para detectar ganglios inflamados,frotis del esmegma subprepucial y exudado uretral para examen microscópico directo, examen anal y buco-faríngeo y otros análisis según lo considere el médico, una vez establecido el diagnóstico y conociendo los pormenores de cada caso en particular. En este paciente, el estudio microscópico del esmegma subprepucial y del exudado(humedad) uretral realizado en la propia consulta mostró la existencia de una infección por cocos piógenos y levaduras tanto externa como internamente, es decir, balanopostitis y uretritis adquiridos con toda probabilidad por recibir sexo oral y agravado por el uso de la crema esteroidea mal indicada.
Finalmente resaltar que la pareja sexual debe ser examinada aún en ausencia de síntomas, es decir, así afirme sentirse sana.
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Síndrome balano uretral o balano prostático.
Llamamos síndrome balano uretral o balano prostático a aquellas balanitis rebeldes a los tratamientos habituales o standard y cuya persistencia,depende de un foco infeccioso uretral o prostático no identificado y/o no tratado.
Un ejemplo clínico nos permitirá conocerlo mejor,
H.A.R. varón de 38 años de edad,nos consulta con la siguiente historia:
Doctor acudo a su consulta por recomendación de un amigo mio que usted trató hace mucho tiempo.
Es el caso de que desde hace varios años vengo sufriendo de salpullidos y enrojecimientos en el glande que aparecen y desaparecen de forma caprichosa o aleatoria aunque he notado que tras el acto sexual y la masturbación aparecen o empeoran para luego y sin tratamiento disminuir de intensidad. Tras visitar a varios médicos, que sólo me prescriben cremas esteroídeas o antimicóticas, que no me curan, al contrario me causan más irritación,terminan por decirme que todo está en mi cabeza. Últimamente ha sentido como pinchazos en la punta uretral. En fin, no se que hacer.
En este paciente se realizo estudio microbiológico del glande y prepucio y lo más importante análisis microscópico de la húmedad uretral(exudado) con técnica de Schofield, que permitió descubrir una uretritis bacteriana asintómatica(sin síntomas aparentes) salvo el pinchazo en el conducto uretral y meato relatado por el paciente. Tras el oportuno tratamiento ,el paciente empezó a recuperarse y ha notar su glande de mejor aspecto.
Es de resaltar que en el manejo de las balanitis hay que ser cauto con el empleo de cremas o pomadas,ya que la semimucosa del glande es muy delicada y suele irritarse con facilidad.
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Diagnóstico de una infección en la uretra (Las uretritis)
C.G, de 32 años de edad,soltero, acude a la consulta médica privada, con la siguiente historia: Doctor, desde hace más o menos tres años, vengo padeciendo de ciertas molestias en el conducto urinario (uretra) que no guardan relación con el acto de orinar (micción) y que no están siempre presentes. A veces me siento sano y, otras veces tengo una sensación de frío, un picorcillo en la punta (meato), un regustillo al eyacular, como hormigueo a largo del conducto y últimamente noto un peso en el testículo derecho y también menos potencia sexual. Mi novia ha sido examinada varias veces y le dicen que está sana y mis análisis sanguíneos para venéreas son normales. No sé que pensar. Tengo la sospecha que todo empezó tras una relación extrapareja sin protección por las fechas.
La inflamación del canal de la uretra recibe el nombre de uretritis. Las uretritis no son siempre de origen infeccioso ni venéreo, pero el médico debe esforzarse en descartar la causa infecciosa. Las infecciosas pueden ser debidas a bacterias, parásitos hongos, virus o una combinación de estos. En el pasado recibían el nombre de purgaciones y destaca entre todas la debida a la bacteria Neisseria gonorrhoeae, la Blenorragia o Gonorrea (Galeno fue el creador de la palabra Gonorrea), que se manifiesta aparatosamente de 2 a 3 días después de la relación infectante con ardor en la uretra al orinar y secreción amarillo-verdosa. Otros microbios como las Clamidias, Mycoplasmas ureaplasma, colibácilo, Streptococos, Cándida, Trichomonas, etc, son más frecuentes en la actualidad y sus síntomas acostumbran ser más discretos con escasa secreción cristalina o mucoide y vagas molestias uretrales, lo que hace que los pacientes tarden más en consultar al médico, incluso pueden cursar de forma asintomática y revelarse años después con complicaciones como: prostatitis crónica, vesiculitis, prostatovesiculitis, reumatismos para infecciosos,trastornos oculares (iritis), etc.
El médico que enfrenta tal situación debe realizar una buena historia clínica garantizando confidencialidad al paciente y un cuidadoso examen microscópico de la humedad (exudado) uretral, además de descartar patologías asociadas: presencia de verrugas genitales inadvertidas, moluscum contagiosum, pediculosis pubiana, eccemas microbianos, balanitis concomitante, etc. De ser necesario exploración prostática (test de Stamey-estudio del líquido prostático obtenido por masaje de la propia próstata) y otras pruebas que el médico considerará tras la evaluación clínica inicial. El tratamiento médico dependerá de los hallazgos clínicos, los análisis y de la intuición del médico tratante. Es importante mencionar que muchas veces hay un desconcierto entre los análisis de laboratorio y los hallazgos clínicos, el paciente presenta clínica o manifestaciones de una condición infecciosa y los análisis son negativos. Siempre la clínica (síntomas y signos del paciente) debe prevalecer sobre un resultado de laboratorio, ya sea porque éste sea erróneo o bien por razones que la medicina biológica ignora todavía. El médico efectivo es aquel que realiza un buen examen clínico y/o microscópico e instaura la terapéutica en el momento preciso. Esto cobra la mayor importancia cuando el paciente contrae simultáneamente otra enfermedad. Un hombre o una mujer pueden contraer al mismo tiempo sífilis y blenorragia. La gonococcia se expresa primero con un flujo de pus amarillo verdoso y ardor en la uretra al orinar. La sífilis, ella, es más solapada. Se delata con el chancro al cabo de 30 días. Los médicos antiguos que trataban a sus blenorrágicos con lavajes de permanganato y los controlaban de cerca, acechaban ese período de aparición del chancro o manifestaciones de otra enfermedad. De allí la importancia de las revisiones médicas.
Este artículo continua en esta misma sección, en el apartado titulado: La Prostatitis crónica.
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Gonorrea(Blenorragia o gonococcia)
La Gonorrea es una enfermedad específica y ante todo sexualmente transmitida, que produce lesiones infecciosas por lo general en los genitales, recto y en la boca-garganta..
La transmisión no sexual puede originar inflamación ocular(oftalmía neonatorum) en recién nacidos,una vulvovaginitis en niñas de corta edad, y en los adultos una conjuntivitis mediante contaminación manual, en ese caso hay que hacer diagnóstico diferencial con la enfermedad de Reiter.
El agente causal de la enfermedad es una bacteria de nombre gonococo de Neisser en honor a su descubridor,el Dr.Albert Neisser en 1879.
En los varones la enfermedad debuta con ardor al orinar(disuria), aunque durante las primeras horas puede notarse únicamente hormigueo. La sensación de ardor o quemazón(urente) va seguida de una secreción uretral purulenta que puede manchar la ropa interior y despedir un olor poco agradable. Al examinar al paciente se comprueba una descarga uretral de color amarillo o amarillo verdoso. Los labios del meato urinarios pueden estar pegados, en especial por la mañana al levantarse y al propio tiempo, presentar una irritación o salpullido en el glande y/o prepucio(balanitis-balanopostitis) en el paciente no circuncidado, ya sea por el mismo microbio o por otros o ambos. El médico que atiende a un paciente con sospecha de infección tipo gonorrea, debe realizar un examen detallado del área genital y extra genital en la búsqueda de otras condiciones infecciosas: verrugas(condilomas acuminados), lesiones de moluscum contagiosum, parásitos(ladillas,etc. y confirmar mediante los análisis pertinentes que se trata de una gonorrea ya sea pura o acompañada, es decir, que el microbio rey(gonococo) no vaya acompañado de otros microbios, entre ellos parásitos( trichomonas vaginalis), bacterias de origen bucofaringeo(sexo oral), de origen anal(coliformes, klebsiellas, etc) y de la triada de Handsfield: Clamidias, ureaplasmas y mycoplasmas). Estos microbios, lacayos del rey, suelen dar la cara más tarde, semanas o meses después, por lo que el médico debe preverlo y anticiparse a su ataque. Por tal motivo, una vez recibido el tratamiento médico, el paciente debe acudir a controles regulares, a la semana y a los 15 días, realizándose examen uretral y prostático para garantizar al paciente que la curación ha sido satisfactoria. Con un tratamiento efectivo se obtendrá una mejoría sintomática, en un plazo de menos de 24 horas,habrá menos escozor y ganas de orinar con frecuencia(polaquiuria), mientras que la secreción uretral puede tardar en desaparecer unas 48 horas. La recidiva puede ser debida a fallo terapéutico, una complicación indiagnosticada, tal como una prostatitis o por gérmenes no investigados al principio.
Algunos pacientes faltan después del tratamiento o cuando los síntomas remiten,y otros a intervalos durante el período de vigilancia; aquellos que deben seguir acudiendo a observación si se les pide que vuelvan al cabo de una semana, solo lo hacen al cabo de dos, etc.
Esta es una de las causas de uretritis persistentes(los catarros uretrales de los médicos antiguos) y de prostatitis crónica, no por el microbio inicial, el rey gonococo, sino por sus cómplices(lacayos) que aguardan agazapados en las cicatrices intrauretrales la ocasión para hacer daño más tarde, semanas o meses después, inicialmente con síntomas a los que el paciente o el médico no concede la debida importancia: Un picorcillo u hormigueo en la punta(meato) o a lo largo del conducto, unas ganas de orinar al finalizar la micción, sensación de notarse el miembro, o simplemente que no se sienten del todo curados sin poder explicárselo al médico.
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enfermedad de Reiter y reumatismos asociados a uretritis y prostatitis
H.A.R, varón,soltero, homosexual, de 37 años de edad, nos consulta con la siguiente historia.
Doctor desde hace unas semanas vengo notando dolor en las rodillas exacerbado de noche y al propio tiempo una irritación en mis ojos con picor, que esta tratando un oculista de mi vecindario con unas gotas. Desde hace meses acudo con regularidad a un médico venereólogo para curarme unas verrugas genitales que arrastro desde hace meses. Vengo a su consulta, porque ayer me noté unas lesiones en el glande redondeadas y no sé si es mi imaginación, pero siento como un hormigueo en el caño de la orina(uretra) independientemente del acto de orinar.
En la consulta médica privada, comprobamos la existencia de lesiones arciformes en el glande y la existencia de una uretritis por Clamidias y E. colli(una bacteria intestinal). Con el diagnóstico de Enfermedad de Reiter, se le prescribió tratamiento médico y se remitió al médico internista-reumatólogo para su manejo terapéutico integral.
La enfermedad de Reiter o de Fiessinger-Leroy- Reiter, consiste en la asociación en su forma típica de tres síntomas: uretritis,artritis y conjuntivitis,a los que se asocia una erupción en el glande (balanitis circinata)y en la planta de los pies, simulando una psoriasis, la hiperqueratosis blenorragica.
En los varones,la artritis y la conjuntivitis o la uveítis anterior pueden ser consecuencia,o bien de una uretritis inespecífica sexualmente transmitida o bien de una uretritis que es a menudo asintomática precedida de una enfermedad disentérica o diarrea, la pseudo gonococcia enterítica de los clínicos franceses del pasado siglo. Este comienzo disentérico es mas corriente en las mujeres.
Se trata de una reacción inmunológica al ataque de microbios tipo clamidia o mycoplasmas y enterobacterias, E. colli y shigellas,en personas con una predisposición particular genética.
La enfermedad puede presentarse inicialmente en tres formas: 1. Una uretritis no gonococcica aguda con una prostatitis o una cistitis hemorrágica aguda, seguida unos días más tarde de una poliartritis(inflamación de las articulaciones) no supurativa o de dolor únicamente(artralgias) y una conjuntivitis o iritis, algunas veces lesiones en la piel y mucosas de tipo hiperqueratósico.
2. Un comienzo crónico con una uretritis muy leve, sólo detectada mediante frotis microscópico a primeras horas de la mañana o una prostatitis asintomática sola.
3.Un comienzo agudo con diarrea seguido al cabo de días o semanas de otras manifestaciones.
El manejo de estos pacientes exige un grado de sospecha por parte del médico tratante, y realizar un estudio inmediato en la comprobación de una uretritis y de una prostatitis tenga o no molestias el paciente.Estudio que debió realizarse al paciente al inicio del tratamiento de sus verrugas genitales.
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Prostatitis crónica
R. S. de 42 años de edad, casado, nos consulta con la siguiente historia: Doctor, hace 15 años padecí una purgación tratada por el médico de familia y de la que aparentemente me curé. Pero unos meses después empecé a notar una sensación de frío en el conducto, como unas ganas de orinar y un regustillo al eyacular, también algo de molestias o peso en las ingles y a veces en el recto. Por las mañanas al levantarme noto una pequeña gota que emana del meato, antes de hacer pis. Estas molestias no son constantes e incluso hay temporadas en que me siento bastante mejor. Me han hecho pruebas de sangre, ecografías y análisis de orina y de semen, incluso un tacto rectal y me dicen que estoy bien, a lo sumo lo achacan a algo nervioso. En la consulta médica privada luego del examen minucioso del área genital, palpación inguinal, etc. Se realiza un examen del exudado uretral con técnica de Schofield para examen microscópico directo comprobando la existencia de piocitos (glóbulos de pus) alrededor de 30 elementos por campo de 2 mm al microscopio óptico, cocos piógenos y escasas colonias de colibacilo, fibras de mucina. El estudio del líquido prostático obtenido por masaje de la propia glándula arrojó lo siguiente: alrededor de 40 células de pus por campo micróscopico, corpúsculos de lecitina, espermatozoos y abundante mucina (moco), colonias de flora coliforme y cocos piógenos.
Con el diagnóstico de prostatitis crónica microbiana (bacteriana) se le prescribió tratamiento médico. Este caso nos enfrenta con una de las secuelas de las uretritis tanto tratadas como no tratadas: la prostatitis crónica. Se entiende por prostatitis crónica aquella condición en que la prostáta se llena de pus, se acatarra (los clásicos hablaban de catarro prostático) y eventualmente es caldo de cultivo para que proliferen microbios, por lo general bacterias, parásitos y/o hongos o una combinación de dichos microbios. Es a menudo asintomática, pero puede acompañarse de síntomas dispares, molestias o dolores en el pene, de tipo profundo en el periné, en las ingles o en la región lumbar. Durante el curso de la prostatitis pueden aparecer trastornos de la función genital (eyaculación precoz, impotencia, erección involuntaria) y anorrectales (dolor al defecar, sensación de ocupación rectal) de carácter reversible y como foco séptico (infeccioso) contribuir a la aparición de diversas afecciones: oculares (iritis, uveítis), cutáneas (eccema numular, eccema dishidrótico, bácteride de Andrews) y articulares (reumatismos parainfecciosos). La glándula puede parecer normal y no sensible a la palpación. El exudado vertido por la uretra disminuye en la prostatitis en relación al que producía la infección previa a la infección glandular. Generalmente es discreto, revelándose por un meato (orificio urinario) persistentemente húmedo, o bien por la clásica gota matutina o militar (gota de los buenos días del Dr. Marañon)
El diagnóstico de prostatitis se efectúa mediante el hallazgo al microscopio de un exceso de células de pus en el líquido prostático obtenido mediante masaje prostático. A propósito, el eminente dermatólogo - venereólogo español profesor Don José Gay Prieto, en su texto de Treponematosis y Enfermedades transmitidas sexualmente, dice lo siguiente: "Prostatitis, siguen siendo una de las complicaciones más frecuentes de la uretritis de cualquier etiología. Las prostatitis crónicas son muchas veces causa de que no desaparezcan, pese a todos los tratamientos generales, muchas uretritis crónicas". Estos casos deben mantenerse bajo observación una vez finalizado el tratamiento hasta que el proceso haya permanecido resuelto durante un tiempo suficiente para asegurar que la curación ha sido satisfactoria.
En relación al tratamiento de las prostatitis crónicas es menester resaltar, que la mayoría de los casos no se resuelven exclusivamente con terapia antimicrobiana (antibióticos, antiparasitarios, antifungicos) es necesario facilitar el drenaje de las secreciones acumuladas en el interior de la glándula enferma, mediante sesiones periódicas de masaje prostático realizadas por el propio médico en la consulta y, cuyo valor en ayudar al enfermo es indudable, según hemos comprobado a lo largo de muchos años de ejercicio profesional.
Opinión que emana de eminentes médicos tanto dermatovenereólogos como urólogos. Entre ellos: Dr. J.K. Oates del Westminster Hospital de Londrés, Catterall, Schofield, Meyer, O´Connor, Gay Prieto, Lewin y recientemente los Dres: Curtis Nickel, Shoskes, Zeitlin, Hennenfent y Feliciano.
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Condilomas acuminados (Verrugas genitales y anales, infección por VPH)
Cuando una persona se percata de la existencia de lesiones genitales, ya sea en pene, escroto, púbis, ingles, ano o vulva, como bultitos a simple vista y sin ocasionar mayores molestias, puede no darle importancia y dejarlas a su libre evolución.
Las verrugas genitales o condilomas acuminados o "crestas de gallo" son manifestaciones cutáneas de la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se contagian predominantemente por vía sexual (venérea) aunque hay la posibilidad de contraer la afección por contacto con materiales húmedos contaminados: toallas, compartir jacuzzis, etc. Aparecen por lo general a los 3 meses del contacto infectante, aunque su período de incubación puede ser más corto o largo dependiendo del sistema inmunológico de la persona y de la cepa del virus, pudiendo permanecer latente incluso por años.
Debutan como excrecencias diminutas que pueden aumentar de tamaño y número, con la superficie parecida a una cresta de gallo, o simplemente rugosas o planas, su color puede variar desde el habitual de la piel hasta más oscuras (pigmentadas).
Estas lesiones pueden estar solas, aisladas o confluir y propagarse a lo largo del territorio cutáneo, quiere decir, dependiendo de la zona pueden invadir el interior del ano, de la vagina e incluso de la uretra.
No todas las lesiones cutáneas genitales son de origen venéreo ni infeccioso, le compete al médico establecer el diagnóstico diferencial y considerar la opción terapeútica. Esto es particularmente importante cuando las lesiones no son típicas, caso de las verrugas por el virus 16 (VPH 16) que produce la papulosis bowenoide que puede sufrir de transformación maligna a un epitelioma espinocelular en el miembro, boca o laringe. Por lo que el tratamiento no puede ser el mismo que para los condilomas corrientes. De aquí la importancia de la evaluación por un especialista.
Así mismo el paciente debe ser examinado en la búsqueda de otras condiciones patológicas que puedan coexistir con las verrugas: eccemas microbianos, candidiásis cutánea, infecciones uretrales asintomáticas, etc. que pueden estar ya presentes sin saberlo el paciente y contribuir a entorpecer el tratamiento o agravar la situación de la infección por el virus del papiloma humano (VPH), por lo tanto es imprescindible realizar un estudio microscópico del área donde asientan las verrugas, de la humedad uretral y fluido vaginal así como de la cavidad oral y anal para evaluar si existen infecciones bacterianas, micóticas, parasitarias o mixtas. Un interrogatorio minucioso descubre que muchos pacientes aquejan ciertas sensaciones o molestias en la vía urinaria, vaginal o acusan picores en la piel donde se desarrollan las verrugas. Estas pruebas deben ser hechas así el paciente no manifieste ningún síntoma. Uno de los motivos por los que las verrugas reaparecen o no terminan de desaparecer es por no hacer un adecuado estudio microbiológico del paciente y tratar sólo las verrugas sin más. Existen muchas maneras de tratar las verrugas, pero en la medida de lo posible debe ser el propio facultativo quien las elimine, garantizando al paciente que el proceso está bajo el debido control médico.
En la actualidad no existen tratamientos médicos disponibles para liquidar al virus (agente patógeno) que sería lo ideal, sino para eliminar las lesiones que el mismo produce. El manejo terapéutico debe decidirlo el médico tratante en función de su evaluación particular de cada paciente, así como los controles médicos respectivos hasta que el paciente quede curado.
La curación de esta enfermedad no consiste en las desaparición del virus sino en tratar las lesiones y conseguir que el paciente esté libre de las mismas y desarrolle las defensas inmunológicas para que el virus no vuelva a manifestarse.
Para curar verrugas genitales, puede acudir a nuestra consulta en Calle Costa Rica, 32 Bajo G 28016 Madrid. Horario de lunes a viernes de 10.30 a 20 horas (no cerramos al mediodía)
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Diagnóstico de Prostatitis crónica
En nuestra consulta médica privada realizamos el test de Stamey-Meares, es decir, el estudio del liquido o fluido prostático obtenido por masaje de la propia glándula. Es el método Golden-Standard para realizar el diagnóstico de dicha afección.
Si desea ampliar la información, puede comunicarse con el teléfono 620177915.
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Candidiasis genital
Fué el Dr, J,S, Wilkinson.en 1949 el primero en sugerir que la vaginitis podía ser producida por un hongo.
las infecciones por levaduras,que son casi siempre producidas por Cándida albicans son una causa frecuente de infecciones genitales tanto en hombre como en mujeres.
La Cándida albicans es un habitante corriente del intestino,donde suele ser inhibido o frenado por la flora bacteriana normal;su crecimiento es favorecido por una modificación de la flora bacteriana,una abundancia de azucares(hidratos de carbono)y un medio ácido.
Veamos sus manifestaciones clínicas tanto en mujeres como en hombres.
Mujeres: Las mujeres con candidiasis genital pueden aquejar una irritación vulvar y secreción vaginal,que puede ser copiosa,blanca, parecida al requesón, pero más a menudo es escasa y acuosa.
Puede ser mínima la secreción y la irritación vulvar y vaginal intensa o al revés, mucha secreción con irritación menor. Si la excoriación es marcada en el periné y la cara interna de los muslos,hay que sospechar infección simultánea con un parásito(trichomona vaginalis) o una reacción tipo dermatitis de contacto irritante o alérgica a un tratamiento tópico o al uso de prendas de nylón cerca de la piel(pantys, medias completas, etc)o al uso de jabones o productos desodorantes que agravan la infección.
Es de resaltar que muchas mujeres con Candidiasis genital presentan síntomas tan ligeros o ninguno en absoluto, que durante largos períodos de tiempo no presentan ningún tipo de manifestación.
Hombres: En los varones la Candidiasis puede debutar con una irritación del glande y/o prepucio, una balanitis o una balanopostitis, que puede variar de intensidad,desde un leve picor hasta una intensa sensación quemante. Los síntomas pueden aparecer inmediatamente después del acto sexual si la mujer sufre de Candidiasis manifiesta. Pueden aparecer vesículas o erosiones(heriditas) sensibles, en especial en el borde libre del prepucio y en ocasiones una ligera secreción uretral. Si el paciente es diabético o prediabético(intolerancia a los hidratos de carbono) ,el glande puede estar ulcerado y el prepucio hinchado(edematoso),desarrollando una parafimosis o una fimosis junto a una secreción subprepucial maloliente, en especial si el hongo va acompañado de bacterias bucales por recibir sexo oral(coito per os).
Cierto número de varones,fuentes conocidas de Candidiasis genital no presentan síntomas ni signos de enfermedad urogenital en la época en que son examinados.
Es menester que el médico tratante confirme el diagnóstico y distinga si la infección es exclusiva por Cándida o si ademas no hay coinfección(situación harto frecuente) por bacterias diversas:gonococos, clamidias, flora coliforme, Gardnerela vaginalis,etc) y parásitos(T. vaginalis), cervicitis inespecífica,etc.
También debe buscarse la causa subayacente,en las mujeres por ejemplo, un tratamiento antibiótico reciente,un embarazo, algunas pildoras anticonceptivas, corticoterapia tópica o sistémica, diabétes mellitus, anemia, o un consorte o pareja con Candidiasis manifiesta o no, tanto genital como bucal o anal.
Sí desea una consulta médica privada de Dermatología y venéreas Madrid, puede pedir cita o ampliar la información, llamando al teléfono: 620 17 79 15.
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Tricomoniasis (infección genito-urinaria por trichomonas vaginalis)
La tricomoniasis es por lo general una enfermedad sexualmente transmitida que es mucho más a menudo diagnosticada en las mujeres que en los varones.
Un caso clínico nos servirá de guía para hablar sobre esta enfermedad.
C. de M. de 28 años de edad, soltera. Nos consulta debido a enrojecimiento y escozor con pequeñas heriditas en la vulva y un flujo que inicialmente blanquecino se ha tornado en verde-amarillento, que arrastra desde hace días. El médico de cabecera le diagnosticó de Candidiasis y le prescribió unos óvulos, con los que no ha notado mejoría. Todo comenzó a las pocas semanas de un encuentro sexual fortuito con un amigo en la playa.
El examen clínico y el análisis microscópico del fluido cérvico-vaginal permitió alcanzar el diagnóstico de vaginitis tricomoniasica, asociada a infección por hongos (levaduras, Cándida albicans) y enterobacterias.
A medida que los medios de diagnóstico y seguimiento de contactos se han perfeccionado se ha hecho evidente que la inmensa mayoría de las infecciones en las mujeres y, todas las de los varones, son sexualmente transmitidas. No infrecuentemente va asociada con gonorrea en las mujeres, y la demostración del gonococo puede ser difícil o imposible, hasta que la tricomoniasis haya curado. Es raramente una infección pura, yendo generalmente asociada con muchas bacterias mixtas y levaduras (C. albicans), es por eso, que ante cualquier infección genital en mujeres y hombres, el médico debe realizar un buen interrogatorio y adecuado examen para garantizar al paciente que no es una infección de "piscina".
No todas las mujeres que albergan la T. vaginalis desarrollan síntomas inmediatamente; algunas parecen encontrarse sanas durante meses o años, pero son propensas a presentar síntomas en cualquier momento, en especial durante el embarazo. La adquisición no sexual de la T. vaginalis por mujeres ha sido achacada a los asientos de bidés, retretes, piscinas y toallas infectadas.
Algunas mujeres presentan un ligero flujo vaginal sin molestias y que pueden ignorar. Otras aquejan un copioso y maloliente flujo vaginal amarillo-verdoso que puede producir excoriación de la vulva, periné y partes internas de los muslos, de forma que el sentarse resulta molesto y la deambulación dolorosa. Es frecuente la dispaurenia (dolor con las relaciones sexuales) y disarmonía matrimonial. Cuando la vejiga está afectada el ardor al orinar es común, siendo por tanto la tricomoniasis una de las causas de cistitis recurrente en la mujer.
En los hombres puede ser asintomático, u originar irritaciones del glande y prepucio que se confunden y se tratan como infecciones por hongos (Cándida albicans), o padecer de una ligera secreción uretral sin mayores molestias. Es particularmente importante investigar su presencia en la uretra, mediante estudio microscópico del exudado uretral tenga o no molestias el paciente, ya que la tricomoniasis es una causa frecuente de prostatitis crónica.
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Traumatismo y otras lesiones coitales
G.M.M de 26 años de edad, varón, soltero.
Acude a la consulta con la siguiente historia:
Doctor, hace 24 horas conocí a una persona en un bar con la que a las pocas horas mantuve relaciones sexuales. Estaba bebido y no alcanzó a recordar los pormenores del acto. El caso, es que está mañana al despertarme, he comprobado que el glande y prepucio están enrojecidos y como con magulladuras.
Este caso nos permite comentar el capítulo de los traumatismos coitales, o lesiones que aparecen tras un acto sexual violento. El coito va a menudo asociado con cierto grado de traumatismo. Por lo general el grado de disconfort experimentado es insuficiente para requerir ayuda médica y el proceso cura de forma satisfactoria. En ocasiones, el daño no es apreciado en el acto, en especial si el paciente ha bebido pero cierto número de varones presentan magulladuras y abrasiones uno o dos días más tarde, por lo general en el glande o en el prepucio. Si existe falta de limpieza, estas a menudo conducen a balanitis o balanopostitis. Similarmente, las magulladuras o abrasiones vulvares o del introito en mujeres son propensas a la infección secundaria, en especial por enterobacterias, y producen una vulvitis o vaginitis. En los varones, un traumatismo más grave puede provocar la ruptura del frenillo o desgarros en el borde libre del prepucio. Además de una parafimosis. Existe dolor y hemorragia inmediatos, que a partir de un frenillo desgarrado posiblemente se hacen persistentes. La infección secundaria es la regla a menos que el proceso se trate cuanto antes, con el riesgo de comprometer la uretra y producir uretritis que pueden conducir a prostatitis. Una afección particular corresponde a la linfitis o linfangitis del dorso del pene(linfangitis plástica de Hoffman) que produce una lesión similar a un cordón indurado en el pene, con dolor y que causa angustia a muchos pacientes. Sobreviene tras un acto sexual intenso y prolongado que produce inflamación de los vasos linfáticos del pene.
Existe también el traumatismo químico de los genitales, que suele producirse tras intentos de automedicación con soluciones fuertes antisépticas o desinfectantes, en un intento de hacer profilaxis. En el caso presentado se confirmó el diagnóstico de felación traumática y se comprobó la presencia de cocos anaeróbicos bucales en glande y uretra. Se prescribió tratamiento para la afección y dado el corto tiempo de contacto transcurrido, también profilaxis para otras condiciones infecciosas.
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Enfermedades tropicales transmitidas sexualmente.Chancro blando(chancroide)
Las siguientes enfermedades: Chancro blando o chancroide, linfogranuloma venéreo y, granuloma inguinal se encuentran en los trópicos y zonas subtrópicales. Los casos encontrados en climas templados suelen ser importados desde el extranjero,pero es tal la rapidez y número de los viajes intercontinentales en la actualidad, que pueden aparecer en cualquier lugar del mundo.
Su reconocimiento en lugares inesperados, es por consiguiente muy importante.
1- Chancro blando o chancroide.
Es una enfermedad infecciosa y contagiosa caracterizada por úlceras genitales dolorosas y supuración de los ganglios linfáticos de las ingles(bubón inflamatorio). El agente causal es una bacteria de nombre Haemophilus Ducreyi, descubierta por Ducrey en 1889.
2.-Linfogranuloma venéreo.
Es una enfermedad infectocontagiosa, que debuta con una lesión primaria transitoria seguida de una inflamación de ganglios linfáticos(linfadenitis supurativa) y mucho más tarde de complicaciones locales serias. El agente causal es la Clamidia.
3.-Granuloma inguinal.
Es una enfermedad crónica sexualmente transmitida, producida por el Calymatobacterium granulomatis, antiguamente conocido como Donovania granulomatis.
La lesión inicial es una pápula o vesícula indolora de color rojo músculo, que se ulcera y evoluciona lentamente hacía una masa granulomatosa crónica, redondeada, y de superficie aterciopelada.
Puede aparecer en las ingles,pubis, periné o muslos y también, en especial en los homosexuales en el ano y nalgas.
Es menester que el médico tratante tenga un alto grado de sospecha de dichas afecciones y establezca el diagnóstico y tratamiento tras una cuidadosa historia clínica, examen y análisis pertinentes.
Sí usted desea una cita médica privada de tratamiento de ets madrid, puede comunicarse al teléfono 620 17 79 15, donde el doctor le atenderá personalmente,
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Rosácea (Síndrome de la cara roja)
A. G. de 32 años de edad soltera, acude a la consulta médica privada debido a que lleva notando desde hace 2 años la cara enrojecida y con granitos con pus, en especial en las mejillas. Tiene por costumbre utilizar una crema, que le recomendó una amiga, con la cual mejora sin llegar a curar del todo.
Está situación nos plantea el diagnóstico de lo que los médicos formados en el mundo anglosajón denominan el sindrome de la cara roja(red face syndrome) y que engloba con mayor frecuencia las siguientes entidades:
- Rosácea
- Dermatitis o eccema seborreico
- Urticaria de contacto
- Dermatitis perioral
- Eccema o dermatitis de contacto irritante o alérgica
- Acné vulgar de inicio tardío
Por supuesto existen otras causas, pero las mencionadas acostumbran ser las más frecuentes.
La rosácea o antiguamente llamada acné rosácea, es una afección de la piel facial que cursa con eritema (rojez), pápulas, papulo-pústulas, que puede también comprometer los párpados y globo ocular. Inicialmente la paciente (suele afectar más a las mujeres) nota crisis de rubor facial (sonrojo) sin motivo aparente, que poco a poco van dejando la piel centrofacial permanentemente roja con el agregado de pápulas, pústulas y venitas dilatadas (Telangiectasias), en los hombres puede engrosar la nariz creando el llamado rinofima. En su génesis interviene un trastorno vasomotor que dificulta el retorno venoso de las venas faciales causante del rubor (Flush) facial y un parásito, el Demodex folliculorum que se encuentra con frecuencia en el producto de expresión obtenido de los folículos pustulosos inflamados que asientan en la nariz.
La dermatitis seborreica o eccema seborreico, que puede coexistir con la rosácea, también cursa con enrojecimiento facial, pero acompañado de descamación, en especial a los lados de la nariz, entrecejo, pabellones auriculares y surco frontal del cuero cabelludo. En la cabeza es asiento de descamación gruesa (caspa) o menos intensa.
La urticaria de contacto da lesiones rojizas elevadas como habones, con marcado picor (prurito) que aparecen y desaparecen dependiendo de la causa (contacto con el agente desencadenante).
La dermatitis perioral se considerá una variante de la rosácea, que afecta la piel alrededor de la boca con sensación de ardor y/o tirantez, causada la mayor parte de las veces por uso inadecuado de cremas con esteroides derivados de la cortisona.
El eccema o dermatitis de contacto tanto irritante como alergica denota una agresión de la piel por una sustancia que la perjudica que debe investigarse.
Estas patologías pueden presentarse aisladas o combinadas. El médico debe evaluar clínicamente las lesiones y practicar un examen micróscopico de las mismas para determinar la presencia de parasitos como el Demodex folliculorum que juega un rol en la rosácea o el hongo levaduriforme Pityrosporum ovale que agrava la dermatitis seborreica, además de la flora bacteriana subyacente.
Otros análisis dependerán de la orientación diagnóstica.
Aconsejamos evitar el uso de cremas sin prescripción facultativa, en especial, si en su composición hay derivados de la cortisona.
En el caso de la paciente objeto de estas líneas, se comprobó mediante estudio microscópico de las lesiones faciales, realizado en el mismo acto médico, la existencia de abundantes colonias de Pityriosporum ovale y Demodex folliculorum; concluyendo se trataba de una rosácea asociada a una dermatitis seborreica, que la paciente había tratado previamente (erróneamente) con cremas de composición esteroide, manteniendo y agravando su situación cutánea. Respondió magníficamente a la terapia médica prescrita.
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Dermatitis seborreica (Eccema seborreico)
C.A, varón de 25 años de edad. Nos consulta debido a un enrojecimiento facial acompañado de descamación, que arrastra desde los 18 años de edad. Presenta períodos de mejoría y empeoramiento, en especial en épocas de estrés (por los exámenes de la universidad) y, que trata habitualmente por consejo de su médico de cabecera con cremas, algunas de ellas de composición esteroide. Recientemente ha notado más roja la cara y con mayor descamación, en especial a los lados de la nariz, entrecejo y cuero cabelludo y algunos granos con pus en la zona de la barba.
La dermatitis o eccema seborreico o eccemátide es una enfermedad frecuente de la piel, que se caracteriza por la presencia de manchas rojas y descamativas que además de la cara y cuero cabelludo puede comprometer también la región preesternal e interescapular (Dermatosis medio-torácica de Brocq), borde de implantación del cuero cabelludo (corona seborreica) o bien sobre la frente, las sienes, la nuca y detrás de las orejas (dermitis retroauricular). En la cara predomina a los lados de la nariz y región interciliar (entrecejo). En la piel cabelluda, forma placas de escamas grasosas que pueden llegar a constituir un verdadero casco seborreico, como ocurre en los lactantes (costra láctea). Otra zona de posible localización son los pliegues: axilar, inguinal y zonas genital, anal y peneana.
En esta enfermedad no existe una causa única, ligándose el terreno constitucional, la seborrea, la presencia de microorganismos tales como el hongo levaduriforme Pityrosporum ovale y el estrés. Según los estudios del eminente dermatólogo mexicano Dr. Macotela-Ruíz en los años 70, es consecuencia de la suma del terreno alterado y la proliferación que al amparo de la misma se produce por parte de este microbio y algunas bacterias lo que determinaría las crisis o "pousses" evolutivas de esta afección.
La escuela del profesor Gougerot de París y luego de su discípulo Degos, incluyeron a la dermatitis seborreica dentro del grupo de las paraqueratosis infecciosas al lado de entidades como: falsa tiña amiantácea de Alibert o pitiriásis amiantácea, dermatitis glútea del lactante, etc. Este aspecto de la componente microbiana del eccema seborreico ha sido soslayado en la actualidad y, no se investiga con rigor, por lo que se prescriben terapias ómnibus. En los trópicos, es frecuente su asociación con una infección de la piel por hongos, la "Pitiriasis versicolor", manchas de color amarillento, castaño y a veces rosa en el cuello y espalda. Una variedad es la pitiriasis versicolor acromiante, manchas claras que el gran publico llama en Centro y Suramérica, manchas blancas de la playa.
Correctamente evaluada y tratada esta condición, se pueden hacer desaparecer los brotes por largos períodos de tiempo o disminuir su intensidad, evitar su empeoramiento o extensión y contribuir al bienestar de la piel enferma.
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Erosiones y ulceraciones del glande
J.M.L. de 28 años, soltero. Acude a nuestra consulta privada con la siguiente historia: Doctor, desde hace 3 semanas vengo padeciendo de unas heriditas en el borde libre del prepucio, con picor. Todo empezó con un salpullido en el glande, como puntitos blancos sobre fondo rojizo. Me apliqué por consejo de alguien una crema con la que al principio mejoré, pero poco a poco he ido empeorando. Mi pareja se queja de picores en sus partes y va a acudir a su ginecólogo.
Como en cualquier mucosa o semimucosa, el glande y el prepucio pueden ser asiento de heriditas (fisuras) y ulceraciones. Generalmente son de origen infeccioso y a consecuencia del acto carnal.
El médico que aborda el diagnóstico y manejo terapéutico de un paciente con heridas (fisuras, ulceraciones) en los genitales, debe realizar un exhaustivo examen clínico del área afectada y de otras zonas del cuerpo, para comprobar si no existen otras lesiones acompañantes en boca, ano, etc y estudio microscópico directo para indagar el origen del problema.
El diagnóstico capital de las erosiones y ulceraciones genitales, es el chancro sifilítico. Aparece a los 20 días en promedio, después del contacto infectante. Generalmente es único; pero no son infrecuentes los chancros múltiples, simultáneos o sucesivos. Puede tener un aspecto atípico que hace el diagnóstico clínico difícil: chancro sin induración, chancro enano, chancro herpetiforme, chancro-fimosis, etc. Desde las primeras descripciones clínicas de la Sífilis en el siglo XIX por el padre de la venereología el Dr. Ricord de París, se sabe que dicha enfermedad es una gran simuladora, por lo que el médico tratante debe poseer conocimiento y experiencia dermatológica para evaluar las lesiones tanto genitales como no genitales.
El diagnóstico se confirma por estudio microscópico, a ser posible, realizado por el propio médico. Otras enfermedades que el médico debe repasar en el diagnóstico diferencial son: el chancro blando o chancroide, el herpes simplex chancriforme, la piodermitis chancriforme de Coviza y Bejarano, el linfogranuloma venéreo o enfermedad de Nicolas y favre, el granuloma venéreo de MacLeod Donovan y, otras afecciones cutáneas no infecciosas.
Existen en la actualidad un gran número de pacientes con balanopostitis difusas, debidas exclusivamente a gérmenes banales, que actúan como oportunistas por el empleo frecuente de cremas y pomadas con esteroides y antibióticos, que a consecuencia de tales tratamientos agravan su situación, complicándose con erosiones, fisuras, dolorimiento y, otras reacciones indeseables, que no hubieran aparecido, de haber recibido un tratamiento correcto para su afección.
Es el caso del paciente mencionado, en quien se descubrió una diabetes de inicio y una infección mixta a hongos (levaduras-cándida albicans) y bacterias piógenas, además de la coexistencia de una uretritis de la que el paciente no emitió queja (uretritis asintomática). No se trataba por tanto de un chancro sifílítico y el paciente como su pareja recibieron tratamiento y consejo médico para el manejo de la condición infecciosa y de su incipiente diabetes.
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Los Intertrigos (irritaciones, infecciones de las ingles, axilas y ano)
F.F, de 36 años, casado, nos consulta con la siguiente historia: Doctor,desde hace más o menos 3 meses vengo sufriendo de una irritación en la ingles con algo de picor. El médico de cabecera me prescribió una crema mixta con esteroides y antifúngica y unas cápsulas igualmente antifúngicas por una semana. Mejoré pero a los pocos días volvierón las molestias. Desde entonces me sigo aplicando la crema y he notado que lejos de mejorar he empeorado, sumándose ahora enrojecimiento del pene, periné y ano. Estoy muy preocupado.
Este caso nos enfrenta al capitulo dermatológico de los intertrigos. El término intertrigo del latín "intertrere" irritación de los pliegues, designa una serie de dermatosis de aspecto variado: eritematosas, erosivas, escamosas, costrosas, localizadas en un pliegue cutáneo (retroauricular, submamario, inguinal, axilar, anal, etc).
Estas afecciones rara vez son de origen mecánico (eritema intertriginoso) sino que juegan un importante papel otros factores coadyuvantes: microbianos, micósicos, parásitarios, alérgicos, que modifican la lesión eritematosa creando una heridita (fisura) impétigo intertriginoso o un eccema (eccema intertriginoso).
El Dr. Saboraud de París en las primeras décadas del siglo XX, realizó estudios al microscopio de diferentes intertrigos, en especial, en las ingles y demostró en todos los casos la presencia de microbios (hongos y bacterias) concluyendo que los intertrigos son siempre de naturaleza infecciosa. Tal afirmación no es cierta en el 100% de los casos, pero pone de relieve la importancia de la componente microbiana. El intertrigo retroauricular frecuente en niños, en especial atópicos, es casi siempre de naturaleza infecciosa (cocos, levaduras). Los intertrigos de las ingles deben hacer pensar siempre al médico en la infección por hongos, tanto levaduras como dermatofitos o mixtos, el llamado eccema marginado de Hebra, pero en una gran parte de los casos el hongo comparte responsabilidad patógena con bacterias y/o parásitos y el médico debe atender está posibilidad y no fiarse de una monoterapia a priori.
Por supuesto realizar un interrogatorio minucioso y privado acerca de posibles contactos sexuales y examinar aunque el paciente no mencione nada en ese sentido el área genital y anal, practicar estudio microscópico de la zona afectada, en este caso inguinal, perineal, anal y del glande y estudio del exudado uretral. Hemos comprobado a lo largo de muchos años de actividad profesional que la mayoría de los hombres aquejados de intertrigos en las ingles, padecían también de infecciones en el pene y uretra asintomáticas o con pocos síntomas a los que no habían dado importancia, ni el paciente ni los médicos tratantes.
Igual ocurre en el caso de las mujeres, infecciones vaginales o cervicales, muchas veces inadvertidas por la propia paciente. No son los intertrigos expresión de una enfermedad venérea pero el médico no debe olvidar la posibilidad de esa via de contagio. Otras formas de intertrigo en la práctica diaria son el eritema glúteo del lactante la llamada pañalitis, los intertrigos de los pliegues submamarios frecuentes en mujeres diabéticas y/o obesas. El intertrigo anal (anitis) donde con frecuencia se comprueba la existencia de hongos levaduriformes, etc.
Por último recomendamos precaución al emplear cremas o pomadas con composición esteroide en el tratamiento de los intertrigos.
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Síndrome de prurito genital y anal (picor génito-anal)
P.P.L de 45 años de edad, acude a la consulta médica privada. Nos narra que desde hace varios años y por tandas o períodos, acusa picores en el vello pubiano, a veces en el escroto (testículos) y de vez en cuando anales. Ha consultado varios médicos que le dicen que es nervioso y le medican con cremas que algo le alivian sin llegar a curarlo del todo. Recientemente siente picores en la punta de la uretra y una erupción en el glande del pene. El paciente manifiesta una vida sexual agitada con numerosas parejas a lo largo del año.
El picor cutáneo o ganas de rascarse la piel, se denomina en el ámbito médico prurito y obedece a numerosas causas. Cuando asienta en la zona genital o aledaña, constituye un síndrome propio, prurito genital que puede presentarse aislado o acompañando otras condiciones.
Es muy importante dada la localización que el médico indague a fondo si no hay una causa infecciosa, venérea o no responsable de la condición. Así debe examinarse con lupa el área para descartar infección por parásitos cutáneos (ladillas, escabiosis, etc), erupciones cutáneas por hongos, bacterias o ambos, examinar el glande y el prepucio y realizar estudio microscópico de la piel, la humedad uretral, anal, etc, aunque el paciente niegue contactos sospechosos o no se observe nada a simple vista.
En los años 30 del pasado siglo, el Dr. Gougerot de París y posteriormente su discípulo Degos, realizaron estudios microscópicos, frotis cutáneos de la zona pubiana, escrotal, anal y del conducto urinario (uretra), en pacientes con síntomas no muy claros o imprecisos, encontrando en la mayoría infecciones subclínicas por hongos, bacterias, parásitos o una combinación de estos, concluyeron en lo que luego denominaron las Dermatosis invisibles.
No son la contaminación o infección por gérmenes o microbios la única razón de los cuadros de picor genital y anal, pero el médico debe esforzarse en descartar tales afecciones. Entre las causas no microbianas, figuran las reacciones de intolerancia a jabones, preservativos, cremas diversas, prendas de vestir (ropa íntima), y, enfermedades de tipo general como la diabetes, trastornos hepáticos y renales y otras enfermedades con repercusión en el área genital. Es de hacer notar que el descubrir tales condiciones en un paciente no elimina la posibilidad de padecer simultáneamente de infecciones microbianas, sean o no venéreas.
Es de recordar la anécdota de un paciente con diagnóstico de pitiriasis capitis (caspa) que arrastraba su condición con extremo picor y había recibido numerosos tratamientos para la descamación y el picor hasta que un médico descubrió que también padecía de piojos. al parecer se olvida que padecer una enfermedad no protege de contraer otras que coexistan con la primera.
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Enfermedades Venéreas (Enfermedades de transmisión sexual)
Las enfermedades venéreas que modernamente se denominan de transmisión sexual, se refieren a un grupo de infecciones que se contraen principalmente por relaciones sexuales y que son siempre contagiosas; acorde con estos dos principios en los albores de la medicina clínica y científica se consideraron las siguientes afecciones: sífilis, blenorragia, chancro blando, linfogranulomatosis inguinal subaguda, granuloma venéreo. A los que se sumaron posteriormente el herpes simplex, condilomas acuminados (VPH), candidiasis genital, ladillas y un amplio grupo de procesos que no siempre se adquieren como consecuencia de un contacto sexual ni son siempre contagiosas.
Algunos autores las denominan paravenéreas o simplemente las incluyen en la amplia clasificación de las enfermedades de transmisión sexual. Dado que muchas de estas infecciones debutan con lesiones en la piel, se propuso que su diagnóstico y abordaje terapéutico fuera de competencia dermatológica, así se unió a la dermatología la venereología.
Las enfermedades clásicas venéreas aún existen y cada vez se comprueba un mayor número de casos, como consecuencia de factores sociales, económicos, morales y de otra índole, pero en la práctica diaria se nos presentan con mayor frecuencia las no clásicas. Entre ellas la infección por el virus del papiloma humano responsable de las verrugas genitales, la infección por el virus del herpes simplex, parásitos externos como el pthirius pubis (ladillas), sarcoptes scabiei (sarna), hongos levaduriformes (Cándida albicans), parásitos internos (T. vaginalis, E. histolytica), infecciones uretrales no blenorrágicas o inespecíficas debidas entre otros microbios a clamidias, mycoplasmas, cocos piogénos, enterobacterias (E.colli,), etc.
Un apartado importante debe acordarse para las infecciones que se adquieren por contacto oral-genital (sexo oral). Se debe distinguir entre las ocasionadas por la flora habitual buco faríngea o infecciones no venéreas de esa zona a las que corresponden a las clásicas: sífilis, gonorrea, chancro blando, etc.
La flora saprófita o huésped habitual bucofaríngea cuando entra en contacto con la submucosa uretral o introito-vaginal no lesionada, esto es, sin deterioro histofisiológico no suele causar enfermedad, pero si debido a infecciones genitales previas no correctamente curadas o que han dejado secuelas cicatrizales, o bien a alteraciones anatómicas congénitas, diabetes, cálculos renales, etc, la semimucosa ha sufrido daño, dichos gérmenes en principio banales podrían instalarse y aprovecharse del medio deficitario para ocasionar uretritis, vulvovaginitis, cervicitis, prostatitis que acostumbran cursar durante meses o años sin sintomatología clara, para luego desembocar en padecimientos crónicos de difícil curación y manejo, como es el caso de la prostatitis crónica inespecífica.
A propósito el eminente venereólogo Dr. Schofield de Glasgow, dice en su clásico texto de enfermedades transmitidas sexualmente lo siguiente: "Puede producirse una estrechez uretral tras cualquier caso de uretritis inespecífica, tratada o no, y ser asintomática durante meses o años. Puede desarrollarse un infiltrado blando, en especial en la uretra bulbosa y producir más tarde episodios recurrentes de uretritis o infecciones urinarias, a veces debidas a tricomoniasis".
Siempre que se tenga la sospecha de una afección venérea o lesiones genitales, el paciente debe acudir a un médico dermatólogo- venereólogo, quien hará la evaluación clínica pertinente y prescribirá o realizará personalmente las pruebas requeridas para confirmar o descartar la impresión clínica diagnóstica. Los análisis deben ser hechos después de la visita médica y prescritos por el médico para garantizar que son los que realmente necesita el paciente y evitar así gastos innecesarios además de incrementar la natural angustia de los pacientes.
Por último resaltar, que no toda condición genital: erupciones, manchas, bultos, etc. no son necesariamente de origen infeccioso ni toda infección es obligatoriamente venérea. Otras veces el paciente puede presentar una enfermedad cutánea con localización genital del tipo psoriasis, liquen ruber plano, dermatitis seborreica, exantema fijo medicamentoso y al propio tiempo una infección. El médico dermatólogo-venereólogo esta en capacidad de establecer el distingo y prescribir la condigna conducta terapéutica en cada situación.
Un caso nos servirá a propósito para ilustrar el abordaje de un paciente con sospecha de enfermedad venérea.
E.L., de 49 años de edad, viudo. Nos consulta con el siguiente relato: hace unos meses, en el verano, de vacaciones en la playa, conocí una chica con la que mantuve relaciones sexuales con protección, aunque no recuerdo si me realizó sexo oral antes de protegerme con el preservativo. A los pocos días del encuentro sentí una especie de pinchazo en el caño de la orina (uretra) que desapareció sin tratamiento por lo que me despreocupé. Hace unos días he notado unas manchas blanquecinas en la boca y una irritación en el glande con unas costras. Acudí a un laboratorio y las pruebas sanguíneas para sífilis, VIH, etc, han dado negativas, incluso un cultivo de boca y genitales no arrojó resultado alguno, ¿no sé que hacer?.
Cuando una persona presenta signos o síntomas que le inducen a acudir a un laboratorio con la sospecha de haber contraído una enfermedad de probable contagio sexual, no busca únicamente averiguar si su sospecha es legítima, sino también recibir una explicación o diagnóstico del mal que le aqueja.
El paciente debe buscar la asistencia de un médico clínico dermatólogo - venereólogo o con competencia dermatológica que tras el interrogatorio y, el examen físico esté en capacidad de formular un diagnóstico e indicar o realizar las pruebas necesarias para confirmar o descartar el juicio clínico formado. Esto es, un enfermo es como un teorema en el que se parte de una hipótesis y por razonamientos clínicos encadenados y los análisis pertinentes se llega a una conclusión legítima. El diagnóstico no sólo es el reflejo de un análisis de laboratorio sino de la suma de la clínica (síntomas y signos), la experiencia del médico y las pruebas pertinentes.
El estudio clínico y microscópico del paciente aludido, permitió formular el diagnóstico de: " Liquen ruber plano de Wilson" de localización bucal y genital con contaminación secundaria por hongos levaduriformes y una discreta uretritis a bacterias banales bucales. El liquen ruber plano es una enfermedad de la piel que puede localizarse exclusivamente en la semimucosa oral y genital, sin connotación infecciosa alguna y cuya aparición es habitualmente desencadenada por el estrés. Probablemente el paciente padecía de estas erupciones con anterioridad, pero la alarma de la relación de riesgo motivó su consulta.
Puede contactarnos si es de su interés en el teléfono: 620 17 79 15. Estamos en Calle de Costa Rica, 32, Bajo G, 28016 Madrid. Lunes a Viernes de 10.30 a 20 horas ininterrumpido. Cita previa.
Eccema Numular o Dermatitis Discoide (Eccemas microbianos)
Dentro del grupo de los eccemas, existe un tipo, extraño, cambiante y de difícil encasillamiento en la clasificación de las enfermedades de la piel.
Hablamos de los eccemas microbianos. Los microbios, las bacterias y los hongos, en efecto, pueden actuar en las formas más diversas. Ya sea elaborando sustancias alergizantes en el mismo sitio donde pululan o a distancia, o bien como infección secundaria.
Una variedad en particular, es el llamado Eccema numular (nummus en latín, es moneda) o dermatitis discoide. Este tipo de eccema se define sobre todo por su evolución clínica. Se caracteriza por un conjunto de placas discoideas u ovaladas de 2 a 5 cm de diámetro y bordes netos, con extremado picor. Su aspecto es muy similar a las lesiones debidas a hongos tricofíticos con los que hay que hacer el diagnóstico diferencial.
La evolución es caprichosa y a menudo prolongada. Hemos comprobado su desencadenamiento por infecciones subclínicas faríngeas, uretrales, prostáticas, infecciones dentarias, etc. Y otras veces en períodos de estrés severo. Un paciente del Dr. Arnold (eminente dermatólogo norteamericano) que se había mantenido controlado durante 7 años gracias al tratamiento, después de divorciarse no presentó más lesiones y no necesitó más tratamiento. En los últimos tiempos se ha valorado su relación con la dermatitis atópica (Atopia tardía) y la ingesta excesiva de alcohol.
En estos pacientes es imprescindible iniciar la búsqueda de un foco séptico capaz de ser el gatillo desencadenante de los brotes cutáneos y un estudio microscópico de las lesiones para descartar la infección por hongos y comprobar la existencia de bacterias patógenas.
Un buen diagnóstico y manejo puede eliminar los brotes o espaciarlos y/o hacerlos más llevaderos al paciente. Aconsejamos prudencia en el uso de corticoides tópicos o sistémicos.
Molusco contagioso (Moluscum contagiosum)
A.A. de 34 años, varón, soltero. Nos consulta con la siguiente historia: Doctor, desde hace varios meses he notado la aparición de unos granitos en el pubis, escroto y pene, similares a espinillos. No les di importancia. Hace unos días me depilé la zona genital y han brotado muchos más. Últimamente observó que la piel pubiana y del miembro, está seca, descamada y me pica.
Este caso corresponde a una enfermedad viral, que es, como su nombre lo indica contagioso. Se trata de elevaciones redondeadas, umbilicadas de 2 a 5 mm de diámetro, de color blanquecino o del color normal de la piel que aparecen en cualquier lugar del tegumento, pero especialmente en la cara, regiones genitales y tronco. Las lesiones pueden acompañarse de infección secundaria por bacterias (cocos piógenos) y hongos (levaduras), constituyendo el llamado eccema microbiano.
Puede haber también conjuntivitis que se ha atribuido a sustancias tóxicas liberadas por el virus o a hipersensibilidad frente al mismo. Las lesiones se diseminan por autoinoculación y por contacto cuerpo a cuerpo (piel con piel). Afecta a cualquier grupo de edad, niños y adultos. En los adultos, si las lesiones se localizan en las zonas genitales y perigenitales, se incluye en el grupo de las enfermedades de transmisión sexual. Puede adquirirse también por el uso de aceites o cremas contaminadas que se emplean para masajes en saunas, maquinillas de afeitar compartidas, etc.
En los niños, las lesiones se localizan por lo general en las extremidades y tronco y se acompañan de manchas rojas alrededor (Dermatitis perilesional), pueden ser profusas e infectarse secundariamente por bacterias y hongos, con mayor frecuencia en niños con piel atópica.
El médico debe hacer un examen cuidadoso del paciente. Confirmar el diagnóstico y comprobar si no existe infección clínica o subclínica por bacterias, hongos, o parásitos al microscopio; investigar la presencia simultánea de lesiones por VPH (Condilomas acuminados o verrugas genitales) con los que es frecuente confundir el diagnóstico; estudio de exudado uretral o cervicovaginal, para garantizar al paciente que no ha adquirido otra infección(tenga o no tenga síntomas) y cualquier otro análisis que el médico decidirá en función de su evaluación clínica.
El moluscum contagiosum es una enfermedad de desarrollo lento y que acostumbra recaer, en especial, si el manejo terapéutico no es el adecuado. En palabras del eminente dermatólogo norteamericano Dr. Andrews.:" El mejor tratamiento es la electrodesecación con legrado" procedimiento que debe realizar el mismo médico en la consulta. Sin embargo existen otras terapias, en especial, para el tratamiento en niños, incluso por vía oral.
Es aconsejable no rasurar ni depilar las zonas donde asientan las lesiones sospechosas, ni intentar apretarlas ni aplicar cremas o productos con composición esteroide (derivados de la cortisona). Se aconseja examinar a la pareja sexual.
Herpes simple genital
F.M.L, de 36 años de edad, soltero. Nos consulta por un brote de lesiones en el glande y prepucio de varios días de evolución. Sospecha que son debidas a un contacto oral-genital 10 días atrás. También nota una sensación de frío o picorcillo en la punta de la uretra (meato uretral).
El examen clínico muestra un grupo de vesículas (vejiguitas) sobre una base rojiza (eritema) en el surco que delimita el glande del prepucio (surco balanoprepucial). El test de Tzanck, examen microscópico de la lesiones permitió confirmar la impresión clínica inicial: "Herpes simplex pro-genital" con infección secundaria a levaduras (Cándida albicans) y cocos piógenos (bucales) así como infección del meato uretral (meatitis) a cocos piógenos.
Es importante mencionar, que aunque el diagnóstico visual permita hacer el diagnóstico de herpes simple, es menester estudiar microscópicamente la lesión o lesiones para comprobar si además del herpes no coexisten otros microbios e incluso si no se trata de la asociación chancro-herpes, cándida-herpes, etc.
El herpes simple del griego herpo, serpentear, conocido vulgarmente con el nombre de "Botón de fiebre" o de "Pansa" en el levante español, es una erupción aguda viral, constituida por pequeñas vesículas que se disponen sobre una base eritematosa y asientan principalmente en los labios o en los genitales, aunque también pueden localizarse en cualquier región de la piel. Es muy frecuente que antes de aparecer las lesiones el paciente experimente una ligera sensación de quemazón en la zona o dolorimiento, como si se hubiera lastimado la piel.
Si las lesiones son puras, es decir, si no hay crecimiento simultáneo de hongos, bacterias y/o parásitos, las lesiones curan espontáneamente en 6 u 8 días por lo general sin dejar marca. El médico que aborda el diagnóstico y manejo de un brote de herpes simple debe investigar a fondo si las lesiones no están contaminadas o infectadas secundariamente y si no hay coexistencia de otras enfermedades, en especial, una uretritis así el paciente no se queje de otras molestias.
En los genitales es menester realizar el diagnóstico diferencial con la sífilis primaria, el exantema fijo medicamentoso y, otras afecciones de la piel y mucosas, por lo tanto es necesario en el médico competencia dermatológica.
No existe cura definitiva para la infección por el virus del herpes simplex, pero un correcto manejo por parte del médico y del paciente puede distanciar los brotes y/o hacer que sean menos intensos e incluso suprimirlos por largos períodos de tiempo.
A lo largo de nuestra actividad profesional hemos comprobado que muchos pacientes se sienten curados tras el tratamiento y no han vuelto a tener brotes en años. No siempre ocurre así, pues al igual que en la infección por el virus del papiloma humano (VPH), su pronóstico también depende de la capacidad inmunodefensiva del sujeto. En su tratamiento están contraindicados las medicaciones locales irritantes, jabón medicamentoso, yodo y cremas en cuya composición haya esteroides (derivados de la cortisona).
Sarna (parásitos cutáneos)
H.R. de 26 años de edad. Soltero. Acude nuestra consulta médica privada con el siguiente relato: Doctor, desde hace aproximadamente tres semanas vengo notando un picor intenso en todo el cuerpo, que es más fuerte de noche y me impide dormir o me despierta con muchas ganas de rascarme; donde más me pica es en las caderas, genitales, codos y muñecas. A pesar de tomar antihistamínicos y ponerme cremas antialérgicas que me recomendó mi médico de cabecera, voy de mal en peor. Creo que todo empezó tras pernoctar en un hotel hace semanas y tener relaciones con una chica que conocí esa noche.
Un caso de picor corporal de ritmo nocturno, en las zonas mencionadas y con pobre respuesta a los antialérgicos habituales, debe despertar en el médico la sospecha de una condición infectoparasitaria: sarna (escabiosis), ladillas (pediculosis pubiana) o ambos.
La sarna es debida a la presencia de un ácaro de nombre "sarcoptes scabiei hominis". Habitualmente se contagia por contacto directo, cuerpo a cuerpo, por lo que se incluye en la clasificación de las enfermedades venéreas o de transmisión sexual o bien por contacto con prendas contaminadas: sabanas, vestidos, toallas, etc. De allí que sea frecuente el contagio múltiple en una misma familia o convivientes. El período de incubación varía entre una y varías semanas. El síntoma clave, es el picor (prurito) que si bien es difuso, no afecta la cara, el cuello, espalda ni cuero cabelludo. En los hombres adultos, afecta de preferencia la zona genital, las muñecas, los entre dedos, las nalgas, en la mujer la zona de los pezones (areolas mamarias), axilas y en los niños (bebés) la planta de los pies.
Si no se diagnostica y se trata correctamente, pueden surgir complicaciones como una infección secundaria de la piel por bacterias, hongos o ambos, foliculitis, furúnculos, abscesos y dermatitis (Eccema). También es posible complicaciones fatales como una nefritis. Las sarnas animales pueden transmitirse al hombre, pero las lesiones son más localizadas y pueden curar espontáneamente. Son más rebeldes las que proceden de animales de granja (cordero, caballos) que las de animales domésticos.
El médico que enfrenta tal situación, debe valorar los síntomas. El hecho de que el picor era intenso particularmente de noche, su localización en nalgas, genitales y que su novia también empezaba a quejarse de molestias, orientaba el diagnóstico hacía un caso de Sarna o Escabiosis. Se confirmó en la consulta médica al demostrar microscópicamente la existencia de parásitos y huevos en la piel.
Es muy importante por parte del médico, hacer un buen examen clínico y microscópico en la búsqueda de infecciones del glande, uretra, ano, boca, comprobar la coexistencia de otras lesiones como verrugas, rojeces, descamación, etc, así el paciente niegue relaciones de riesgo, pues es muy frecuente su asociación con otras enfermedades de transmisión sexual.
El tratamiento puede ser tópico, oral o mixto y se deben seguir esquemas muchas veces diferentes al que proponen los prospectos medicamentosos si se quiere alcanzar la curación. La familia entera y/o convivientes deben ser examinados o tratarse conjuntamente para evitar los recontagios.
Síndrome de prurito capilar (picor-caspa en el cuero cabelludo)
M. B. de 36 años, acude a la consulta médica privada. Aqueja picores en el cuero cabelludo desde hace varios meses con intervalos de mejoría y empeoramiento además de notar el cabello de mal aspecto, débil, quebradizo y un aumento de la caída que nota mayormente al ducharse o peinarse. Una amiga le recomendó un champú y una loción con lo que al principio mejoró pero luego ha visto que sigue el proceso e incluso ha empeorado.
El examen clínico muestra cabellera abundante con eritema (rojez) y descamación fina (pitiriásica) del cuero cabelludo. Caída leve a la tracción occipital moderada. El examen microscópico evidencia abundantes colonias de un hongo levaduriforme, P. ovale, cocos piogénos y algunos leucocitos pioides.
Este caso, nos enfrenta a una situación frecuente en clínica dermatológica: síndrome de prurito (picor) capilar que puede presentarse aislado sin aparentes lesiones cutáneas o acompañada de manifestaciones tales como: enrojecimiento, descamación, caspa, seborrea, caída de cabello (alopecia) en grado variable u otras lesiones y finalmente formar parte de entidades especificas como: psoriasis, liquen plano, dermatitis tóxicas de contacto o irritantes por tintes, lociones capilares, champús, etc., infecciones bacterianas, micóticas, parasitarias o mixtas. Un paciente puede padecer de dermatitis seborreica y al propio tiempo hacer una intolerancia a las lociones o champús que emplea para su tratamiento, o bien presentar un crecimiento anómalo de microbios que contribuyen a mantener o exacerbar el padecimiento primario.
Es necesario mencionar una entidad muchas veces mal diagnosticada, la "Falsa tiña amiantácea de Alibert" condición que se caracteriza por la presencia de escamas untuosas, que aglutinan los cabellos dando un aspecto de asbesto y que puede acompañarse de costras retroauriculares y en la nuca. Es menester que el médico que enfrenta tal situación haga un estudio microscópico del cuero cabelludo y del cabello, examine otras áreas del cuerpo, en especial las uñas (faneras) y cualquier otra condición de orden general que pueda jugar un rol en el trastorno capilar. El tratamiento dependerá del juicio clínico y los hallazgos microscópicos u otras pruebas prescritas por el médico.
Enfermedades de la piel y embarazo
E.R, de 26 años de edad, casada, en el 8º mes de su primer embarazo. Nos consulta por lesiones muy pruriginosas (le pican mucho) en la zona de las estrías del vientre, las axilas, brazos y en torno al ombligo. Niega ingesta de medicamentos, salvo las vitaminas indicadas por su tocoginecólogo.
El examen clínico muestra lesiones de tipo urticariforme y papulas en la zonas mencionadas, piel discretamente seca. El examen microscópico y clínico de las lesiones permitió formular el diagnóstico de erupción polimorfa del embarazo.
Es la dermatosis más frecuente del embarazo, estimándose su incidencia en 1 de cada 150 embarazos. No se conoce aún su origen y el hecho de que las lesiones predominen en las estrías hace pensar que existe alguna vinculación con la distensión abdominal. Es más frecuente en embarazos de niños varones por lo que se investigan factores hormonales maternos. El pronóstico es favorable, ya que no afecta ni la salud de la embarazada ni del vástago.
Debe hacerse el diagnóstico diferencial con otras enfermedades de la piel tanto específicas como no específicas.
Entre las específicas (que afectan exclusivamente a las gestantes) encontramos el prurigo del embarazo, el herpes gestationis, la foliculitis del embarazo, impétigo herpetiforme, etc.
Recomendamos precaución en el uso de cremas esteroides y por supuesto con los fármacos o alimentos que se ingieren.
Manchas en la cara (Cloasma o melasma)
J. P. de 34 años de edad, casada. Lleva 7 meses de embarazo y nos narra que desde hace 2 o 3 meses le han aparecido unas manchas marronáceas en la cara, las cuales no le ocasionan más molestias que la estética. Su gestación transcurre normalmente.
Este caso nos enfrenta a una situación frecuente en dermatología. Las melanosis o pigmentaciones oscuras de la cara. Es una condición que agrupa a entidades de origen complejo y que se observan casi exclusivamente en las mujeres. Mencionaremos algunos tipos que han sido individualizados:
- Cloasma o melasma (máscara de la embarazada). Se trata de manchas castañas, de contornos irregulares, que aparecen simétricamente en la frente, las sienes y las mejillas. Se observa sobre todo en las embarazadas y persiste hasta el parto o hasta el retorno de la mestruación. Las lesiones pueden desaparecer espontáneamente o prolongarse, a veces, durante meses y años. Se puede observar fuera de la gestación, en trastornos útero-ováricos, uso de anovulatorios (la píldora) en relación con afecciones hepáticas y en su aparición y mantenimiento juega un papel importante la exposición solar.
- Melanosis de Riehl. Descrita por el Dr. Riehl, en 1917 durante la I Guerra Mundial, se atribuyó al alquitrán y en la actualidad al uso de cosméticos, aunque su etiopatogenia es muy discutida. Normalmente empieza por una dermatitis rojiza y escamosa, a menudo pruriginosa tras una exposición solar. Posteriormente aparece una pigmentación castaño rojiza en la frente, las sienes y el cuello. Los doctores Gougerot y Degos de París, descubrieron que la acción de los cosméticos perfumados era el factor determinante en su desencadenamiento unido a la exposición solar.
- Dermatosis pigmentada peribucal de Brocq. Afecta casi exclusivamente a las mujeres. Las lesiones son por lo general rojizas - escamosas y pigmentadas. La evolución es lenta, en brotes. Esta dermatosis inestética tiene un factor local (seborrea e infección) por lo que el médico debe realizar un estudio, frotis microscópico para evaluar la existencia de levaduras (pityriosporum ovale) y bacterias (cocos piogénos).
El tratamiento de las manchas oscuras de la cara depende por supuesto del diagnóstico y de los factores que juegan un rol en su desencadenamiento y persistencia. Las enfermas deben cubrir su cara con una pantalla de alta protección antisolar cada vez que salgan al exterior, a fin de evitar que el sol oscurezca aún más las manchas.
Cada caso debe ser individualizado, unos pacientes consiguen curarse plenamente y otros alcanzan mejorías por largo tiempo. En la actualidad existen esquemas de tratamiento, incluso orales, que permiten manejar la situación satisfactoriamente.
Psoriasis
A.D. varón de 26 años de edad. Nos consulta debido a lesiones en la piel, que arrastra desde hace un año, con períodos de mejoría y empeoramiento. Le han diagnosticado de psoriasis con muy pobre respuesta a los tratamientos recibidos. En la actualidad acusa descamación gruesa (caspa) en el cuero cabelludo y se aplica en la piel, por consejo médico un producto de composición esteroide.
La psoriasis del griego psora (picor), es una enfermedad frecuente, de origen desconocido, que evoluciona de manera imprevisible y de la cual existen variedades clínicas, útiles para la orientación diagnóstica y terapéutica. No es contagiosa y parece existir una tendencia familiar.
La erupción en forma de placas rojas, con descamación blanca o plateada es característica y se localiza en los codos, rodillas, región sacra y cuero cabelludo. Puede afectar superficies mucho más extensas y otras localizaciones: los genitales, la palmas y plantas, uñas, etc. Sí las lesiones son pequeñas simulando gotas, se denomina guttata, más grandes como monedas, numular y si son mayores las llamamos en placas. No acostumbran a producir picor a pesar del origen de su nombre, pero puede aparecer en intensidad variables, en algunos casos insoportable. Puede acompañarse de artritis (psoriasis artropática) y de pústulas, en especial en manos y pies.
Su causa (etiología) es desconocida. Existen no obstante factores que actúan como el gatillo desencadenante. La escuela dermatológica inglesa del Dr. Calnan, realizó en los años 60 estudios que evidenciaron la relación entre la psoriasis tipo guttata y las infecciones de garganta u otras infecciones a distancia y la presencia frecuente de hongos del tipo Malassezia ovalis en la piel de los enfermos. Concluyeron en la necesidad de investigar focos sépticos en todo paciente con psoriasis. Así mismo el Dr. Levine, dermatólogo inglés ha estudiado el agravamiento de la psoriasis con el tabaquismo en especial en la variedad que afecta manos y pies. Algunos medicamentos pueden también inducir la aparición de la psoriasis: antiinflamatorios no esteroideos, litio, betabloqueantes, etc. Y su aparición tras periodos de estrés es evidente.
El tratamiento depende del tipo o variedad de la afección, localización, gravedad, duración, tratamientos previos y edad del paciente. Algunas veces, el tratamiento será tópico, otras sistémico, y otras una combinación de ambos. Es importante mantener bien hidratada la piel y tener precaución en el uso de esteroides tópicos y/o sistémicos.
Acné juvenil (Acné vulgar)
A. G.de 16 años de edad, acude a la consulta médica privada con su señora madre; aquejado desde hace 2 años de lesiones en la piel de la cara etiquetadas de acné juvenil. Ha recibido varios tratamientos, con alguna mejoría sin llegar a curar del todo.
El acné juvenil o vulgar es una condición muy frecuente en la piel de los adolescentes,que se manifiesta por enrojecimiento facial con pápulas, pústulas, comedones abiertos (puntos negros) y cerrados, que afecta las mejillas, mentón, frente y puede extenderse al pecho, hombros y espalda. Tanto el cutis como el cuero cabelludo son grasosos y puede coexistir con otras afecciones cutáneas como la dermatitis seborreica.
Es menester que el médico confirme que se trata en efecto de acné juvenil, establezca el grado de intensidad, importante para el pronóstico de posibles secuelas cicatrizales y evalué las lesiones microscópicamente. Un porcentaje alto de los pacientes con acné juvenil no sólo presentan bacterias que juegan un rol en su desencadenamiento y persistencia, sino también un hongo levaduriforme saprófito o huésped, que en estos casos se comporta como patógeno, el P. ovale.
No es la acné una enfermedad infecciosa ni contagiosa, juegan en su presentación varios factores, pero el médico debe investigar el fondo microbiano. En la actualidad existen tratamientos médicos eficaces para controlar y curar la enfermedad, que deben iniciarse lo antes posible para evitar las inestéticas cicatrices y el perjuicio psicosocial al paciente. Estos tratamientos deben ser prescritos por médicos cualificados.
En nuestra consulta médica privada, además del examen clínico realizamos personalmente el estudio microscópico necesario para averiguar la naturaleza de las lesiones e indicar la condigna conducta terapéutica.
Dermatitis Atópica o Eccema constitucional
P.L. de 5 años de edad. Acude con sus padres a la consulta médica debido a un brote de lesiones cutáneas que arrastra desde hace 2 años con intervalos de mejoría y empeoramiento. El niño está nervioso, inquieto y se rasca mucho la piel. Sus padres comentan que manejan la situación con cremas hidratantes y esteroideas. Últimamente tiene la cara roja, con descamación en el cuero cabelludo y unas heriditas detrás del lóbulo de las orejas. La madre es asmática y tiene alergia a las joyas de fantasía.
La dermatitis o eccema atópico también llamado eccema constitucional, es una condición frecuente de la piel que forma parte del llamado complejo atópico: asma bronquial, fiebre del heno, migrañas, diarreas mucosas, rinitis conjuntival primaveral, etc, que por lo general debuta a partir del sexto mes de vida y acostumbra desaparecer al alcanzar la edad adulta en la mayor parte de los casos.
En los lactantes compromete principalmente la región facial, mejillas y frente y en los niños de más edad los pliegues del codo y las rodillas, regiones retroauriculares y manos. Se trata de lesiones rojizas, descamadas, secas o húmedas que asientan sobre piel seca en general.
La piel de estos niños es delicada y muy irritable. Por razones físico-químicas se torna seca, muy pruriginosa y susceptible de ser invadida por microbios (bacterias piogénas y hongos levaduriformes) que contribuyen a exacerbar y mantener los brotes.
El médico que enfrenta tal situación, debe realizar un estudio microbiológico de la piel para comprobar la contaminación o infección por tales gérmenes, examinar otras áreas como los pliegues interdigitales de los pies, para descartar una infección por hongos (pie de atleta), infecciones de garganta inadvertidas, lesiones en el cuero cabelludo, investigar la presencia de parásitos intestinales, en especial en niños que han vivido en latitudes tropicales, el abuso de cremas de composición esteroidea que pueden ocasionar efectos secundarios (atrofia cutánea, eritema persistente, etc) sobre todo en la cara, la manera en que los padres bañan al niño y le hidratan la piel y cualquier otro elemento que pueda desempeñar un papel en desencadenar la crisis o mantener los brotes cutáneos.
No existe tratamiento curativo para la dermatitis atópica, pero un correcto manejo por parte del médico y los padres puede contribuir a distanciar los episodios agudos y hacer llevadera la condición hasta que el niño alcance la edad adulta.
En el niño objeto de este caso, se comprobó la existencia de una infección cutánea mixta: bacterias piógenas (estafilococos) y levaduras (hongos), por examen directo al microscopio, realizado en la propia consulta. El tratamiento prescrito permitió la regresión de las lesiones y un mejor control de su condición atópica.
Las Alopecias (Alopecia areata)
La alopecia o pérdida de cabello puede ser debida a varias causas. Cuando se acompaña de alteraciones inflamatorias, deben buscarse los agentes infecciosos.
En los niños, la causa más común son los hongos de las tiñas,que se descubrirán mediante la prueba de fluorescencia y el examen al microscopio. La dermatitis o eccema seborreico es a menudo el factor desencadenante en épocas ulteriores. Las infecciones piógenas bacterianas provocan alopecia, ya por acción directa sobre el folículo, ya por sus toxinas que alcanzan la piel circundante. Además, se producen alopecias difusas en la sífilis, en la lepra (que afecta de preferencia el tercio externo de la cejas y las pestañas) y en la tuberculosis. Varias enfermedades producen destrucción del tegumento de las regiones pilosas, lo cual origina atrofia, cicatrices y alopecia de tipo no regresivo o cicatrizal, entre ellas cabe mencionar el lupus eritematoso, piodermitis profundas, foliculitis decalvante infecciones micósicas (hongos) como el favus, la pseudopelada de Brocq, etc.
Un apartado importante debe guardarse para dos entidades de frecuente presencia clínica: la alopecia androgenética, antiguamente llamada prematura o idiopática y la alopecia areata o pelada. La alopecia androgenética consiste en la pérdida del cabello, a veces de intensidad alarmante, que se produce con mayor frecuencia en hombres jóvenes o de mediana edad que en las mujeres. Es muy corriente. En el hombre la alopecia comienza por la desaparición progresiva de los cabellos del vértice del cuero cabelludo, junto con un retroceso gradual de la línea capilar anterior.
Este proceso no es uniforme, pero es más acentuado en los lados. Aunque puede detenerse en cualquier momento, con mucha frecuencia es progresiva, llevando a una calvicie parcial o casi total que respeta siempre las zonas parietooocipitales. En mis años de estudiante de medicina se consideraba bromeando un signo de virilidad, pues nunca ocurre en eunucos. Hay una notable predisposición familiar y suele coexistir con la dermatitis seborreica. Los enfermos suelen manifestar que muchos años antes de iniciarse la alopecia tenían caspa o seborrea fluente a la que no habían dado ninguna importancia. En la pelada o alopecia areata hay zonas más o menos circulares depiladas, simulando monedas que tienden a crecer por los bordes. Puede comprometer también la barba, las cejas y otras regiones pilosas. Suele cursar con períodos de repoblamiento capilar con otros de nueva caída.
Hay un conjunto de factores implicados en su aparición: emociones, trastornos endocrinos, reflejos e intoxicaciones. En algunos pacientes se encuentran focos sépticos (infecciosos). El manejo de las alopecias consiste en clasificar e identificar la causa. Incluso aquellas que no pueden curarse, con restitutio ad integrum del cabello, la terapeútica puede conseguir excelentes resultados y por lo menos retardar la calvicie hasta edades más avanzadas.
Verrugas plantares (Papilomas de la planta del pie)
P.C. de 25 años de edad. Consulta debido a una lesión en la planta del pie derecho. Inicialmente se trató de un granito algo doloroso y que atribuyó a la penetración de una astilla de madera al caminar descalza en el jardín. En una visita a un podólogo, este le manifiesta su sospecha de una verruga y la remite al dermatólogo.
Las verrugas son elevaciones redondeadas, de uno a varios milímetros de diámetro, de color gris, secas, duras y cornificadas. Su superficie está cubierta por una salientes vellosas. Son debidas a la infección por el virus del papiloma humano, por cepas virales diferentes a las que producen enfermedad genital y que se pueden localizar en cualquier parte del cuerpo, en especial, la cara, las manos y la planta de los pies.
Las verrugas plantares acostumbran ser dolorosas a la presión y se presentan bajo 2 aspectos diferentes: unas se desarrollan formando una plaquita cuyo centro está perforado y a través de él se observa un tejido blando y carnoso, como un ojo de gallo y otras forman granos pequeños, recubiertos por una callosidad,duros a la palpación y muy sensibles al tacto.
En el diagnóstico y manejo terapéutico de las verrugas vulgares, es menester, descartar infecciones simultaneas por hongos y/o bacterias. Las tiñas interdigitales y plantares que de estar presentes pueden ser un factor que contribuya a la mala cicatrización y eventual recidiva en el tratamiento. Así mismo comprobar si el paciente no es diabético o presenta alguna otra enfermedad. Dependiendo del número, tamaño y localización de las verrugas el médico decidirá en cada paciente la conducta a seguir.
En el caso de la citada paciente, se confirmó el diagnóstico de verrugas plantares tipo "Mirmecia" conjuntamente con infección por hongos dermatofitos y estafilococcus aureus. Respondió favorablemente al manejo terapéutico.
Lesiones benignas de la piel (Los Acrocordones y verrugas seborreicas)
J.A. de 48 años de edad nos consulta por unas lesiones en la piel del cuello, axilas e ingles que dice creer se trata de verrugas. Las arrastra desde su juventud, pero en los últimos años han aumentado en número y tamaño. Así mismo presenta unos granitos rojos (lunares rojos) en el pecho y abdomen, unas costras en el cuero cabelludo y sienes, arrugas en torno a los ojos y manchas marrones en las mejillas. El paciente gusta de deportes acuáticos donde se expone al sol.
Existen numerosas lesiones de la piel de tipo benigno que aparecen o se multiplican al cumplir años, entre ellas podemos mencionar: los acrocordones o colgajos cutáneos, son apéndices de la piel que asientan por lo general en el cuello, axilas, regiones inframamarias, ingles y en los parpados, aunque pueden afectar cualquier parte del cuerpo, son lesiones no infecciosas ni contagiosas que el gran público confunde con verrugas.
Igualmente los angiomas o puntos rojos, que aparecen en el tronco y brazos, en especial en pacientes con hígado graso. Las queratosis seborreicas (verrugas seborreicas) concreciones de color pardo amarillento, como costras en la cara (sienes) y cráneo de los calvos. Manchas marrones (hiperpigmentadas) en la cara, poros dilatados (hiperplasia sebácea senilis) arrugas perioculares (gerodermia) y muchas otras condiciones que aparecen con el envejecimiento natural o inducidas por la exposición solar a lo largo de la vida (fotoenvejecimiento).
Estas lesiones deben ser evaluadas por el médico especialista para distinguirlas de las potencialmente malignas y son susceptibles de ser tratadas algunas eliminándolas en la propia consulta y otras por procedimientos médicos, en especial, para devolver al paciente un aspecto saludable desde el punto de vista de la piel y contribuir a que se vea mejor, más joven.
Hongos en la piel (Micosis cutáneas)
M.T, de 24 años de edad, soltera. Nos consulta por unas manchas color café con leche y otras más claras en la piel del cuello y la espalda. Las arrastra desde el verano pasado cuando volvió de sus vacaciones en la playa. Aunque no le causan molestias, estéticamente no le agradan. El examen clínico, la luz de Wood y el estudio microscópico del frotis cutáneo, efectuado al pie del paciente en la consulta médica privada, permitió formular el diagnóstico de: pitiriasis (Tiña) versicolor, infestación por hongos levaduriformes del tipo Malasezzia furfur. Este caso nos enfrenta al capítulo de las micosis cutáneas u hongos en la piel.
Los hongos parásitos afectan preferentemente la piel humana y son numerosísimas las enfermedades que pueden originar. Para efectos científicos las podemos clasificar en micosis superficiales que afectan las capas superiores de la piel y micosis profundas que afectan las capas inferiores de la piel con capacidad de enfermar órganos internos.
En las infecciones de la piel, una vez sospechada la presencia del hongo, es menester, intentar confirmar el diagnóstico mediante técnicas especiales y estudio microscópico y/o cultivo. No siempre el hongo está solo, puede ir acompañado de cómplices microbianos (bacterias, parásitos y/o virus) por lo que el médico debe atender está posibilidad y no fiarse de una monoterapia a priori. Esto es especialmente importante en las infecciones genitales, de las ingles, del ano y de los pies.
Entre las micosis superficiales cabe destacar las debidas a hongos redondos (levaduras) como la mencionada anteriormente y la candidiasis (Moniliasis). Esta última puede comprometer y enfermar los genitales internos de la mujer y el hombre.
También hay que mencionar las debidas a dermatofitos, que producen las famosas tiñas: de la cabeza (Tiña capitis), el cuerpo (Tiña corporis), los pies (Tiñas pedís)y manos (Tiña manuum).
En todos los casos hay que ser cuidadoso en el tratamiento médico, pues son afecciones susceptibles de irritarse con las medicaciones tópicas, en especial, si no se hace un diagnóstico correcto o de recaer pasado un tiempo de aparente curación.
En la actualidad disponemos de medicaciones muy satisfactorias para las micosis superficiales.
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